Una joya poco conocida del cine de animación. En realidad, la obra ganó un Oscar y fue premiada en el Clermont-Ferrand (según se dice, el festival más importante de cortos). Más allá de los datos es increíble la intensidad que tiene este cortito de 7 minutos, que sucede en mundo abstracto donde una plataforma soporta a los cinco personajes (todos iguales y diferenciados por números en sus espaldas) y que, con la aparición de un objeto nuevo, pierde el balance del título. La posibilidad cinematográfica de construir universos imaginarios pero concretos, alucinantes, está explotada al máximo. Lo "al grano" del cortometraje también: no hay derivaciones, todo influye y conduce al relato a un nuevo estado, "hasta un desenlace fatal". El aire expresionista retoma el estilo alemán de los años 20, ahora más metálico y a color; la sordidez del universo son una antesala muy angustiante a la década de los 90. Es la última obra que hicieron los directores (gemelos), aunque todavía están vivos. Habrá que googlearlos para ver en qué andan.
Directores: Christoph Lauenstein y Wolfgang Launenstein
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