Cortometraje que participó del "48 hs." de Nueva Zelanda. El concurso consistía en la realización de cortos en esa cantidad de horas, como el Video Relámpago de Uruguay. Ahora, allá, donde viven 4 millones de personas, se presentaron 700 cortos; y 150 eran de Wellington, que tiene 500 mil habitante. O sea, Nueva Zelanda está repleta de gente filmando.
Longdrummer fue uno de los cortos finalistas. Un hombre que intenta batir el record de mayor tiempo tocando la batería sin parar, para lo que siente que estuvo destinado toda su vida. Es una realización distendida, sin muchas pretensiones, pero ágil y con buen sentido del humor. Hay muchísima lucidez en el corto, que reconoce sus límites y en vez de "quejarse", los explota. La principal línea cómica surge del drama del personaje, donde no se utiliza una dramatización demasiado exagerada sino que, enmarcada como tragedia, deviene en comedia. Lo concreto del cortometraje parece asimilado con total naturalidad en aquellas latitudes: cada movimiento de la película está presentado en relación al personaje y el tamborear, nada más.
La foto la realizó Daniela Conforte, uruguaya y amiga.
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